Casi cuarenta veranos

    16 ene 2025 / 09:00 H.
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    Casi con lágrimas en los ojos y con voz temblorosa, recuerdan aquel catorce de agosto de 1985 en el que subieron, por primera vez, las persianas de su negocio en Huelma. Y, con nostalgia, ella insiste diciendo “casi cuarenta veranos”, tomo nota en mi móvil y ella me sonríe. Curiosamente, en el origen latino de la palabra “taberna” confluyen tres significados que aquí bien se entrelazan: tienda de una sola habitación, lugar para vender o servir vino e incluso, popularmente, habitáculo formado por planchas de madera o tablas. Si a esta noble palabra se le unen cuarenta años de servicio, de dedicación, de amabilidad, de cuidado y complicidad hacia los clientes, de olor a patatas con manteca o a una sencilla y exquisita carne con tomates, ya saben de qué familia les hablo. Y, como dice la canción, clavados en un bar, hemos inmortalizado en estos días esos últimos momentos de agradecimiento. Ahora, toca descansar y seguir viviendo con el júbilo que os merecéis y, cuando, al pasar, veamos esas persianas bajadas sabremos, Choni, que estarás terminando de ver tu novela sin la prisa de preparar las tapas y ambos con la satisfacción por el trabajo bien hecho durante casi cuarenta veranos.

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