Carteles

26 jun 2024 / 09:24 H.
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Estos y sus mensajes están insertos en nuestra identidad colectiva, no se entiende nuestra realidad cultural sin el conjunto de mensajes directos que atraen la mirada sobre su contenido, informando, seduciendo, provocando o simplemente confundiendo. Ya eran arte antes de Warhol. Son una parte de nuestra existencia contemporánea, estamos en la era del “Signum vir”, en la posverdad. Pueden llegar a crear realidades paralelas en las que la finalidad de nuestra vida social es crear y exhibirnos como carteles que captan la atención, ajena a los intereses de la realidad colectiva. Es una identidad narcisista. Solo interesa la otra persona para que me admire y sirva a mis intereses. No basta saber leer, hay que tener actitud crítica para analizar y comprender lo que se ve; texto e imagen. Las redes son básicamente carteles en movimiento con significado en sí mismo. “Yo no soy tonto”, se leía en grandes letras. Es posible, sí; pero ingenuo. Te crees el cuñado listo. Solo tu obtienes la ventaja alimentando el yo narcisista, porque los demás no la obtienen. Tomas decisiones creyendo que ganas calidad de vida. Hay que mirar a largo plazo, pensando que esta, está en la mejora de tu comunidad. España está llena de cuñados. Ahora que se habla de financiación singular, de falta de solidaridad regional, de la exclusión financiera, de pérdida de población en Jaén; miremos nuestra responsabilidad individual y las buenas prácticas. Los recursos a nuestro alcance. Hay carteles en los que fijarse. “Aquí no te mandamos al cajero automático. Caja Rural de Jaén”. Podría parecer un cartel más. Si lo analizas, el mensaje reafirma un principio ético. No hay nada que le moleste más a los intereses que sustentan el capitalismo especulativo, que la oferta que plantea otros principios que ponen en el centro a las personas, desde la aspiración legitima de hacer negocio, pero con la cara humana que la situación de despoblamiento y envejecimiento que Jaén requiere. Si te paras a leer donde se ubican sus oficinas, conoces de forma extensa la geografía de la provincia. Hay más oficinas que municipios. 141 frente a los 97 municipios. Significa que se cubren localidades y entidades pequeñas de poca población; como Noguerones, Collejares, entre otras. El modelo no se hundió en la crisis de 2008, porque sus principios son los del cooperativismo, beneficiar a sus socios y dar soporte a otras entidades con igual objetivo de construir comunidad. De ahí que se pueda acceder sin cita previa las gestiones. Es ejemplo de lucha contra la exclusión financiera; contra la España vaciada, que vaciamos nosotras; contra la brecha digital de la población mayor. Hay una atención personalizada y emocional como la de cualquier comercio de proximidad. Sus empleados —por las opiniones de clientes— hacen que se sientan escuchados, asesorados en un mundo financiero en el que nadie conoce a nadie. Se sienten personas acogidas, atendidas desde la empatía, encuentran soluciones a sus necesidades humanas y no dividendos a los accionistas. Sentir y entender a personas. Es una banca responsable con su entorno, con otra ética. Es molesta para los que dan atención a sus clientes mediante camionetas. Leamos bien los carteles, la caja Rural es, como indica Nogueras: “El estímulo que desencadena la respuesta es a menudo algo muy fácil de imitar”. Ser “cuñaos” por reírnos del otro, empobrece el desarrollo de Jaén.

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