Carta a León XIV

    20 may 2025 / 08:46 H.
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    Permítame, con todos mis respetos, solicitar de Su Santidad una intervención decidida que ponga fin a la tibieza y las confusiones doctrinales que han definido a la Iglesia de los últimos años. Es necesario reponer la doctrina, que se conozcan con claridad, por creyentes o no creyentes, los dos pilares de la historia toda: 1) Los Diez Mandamientos, sin cuya observancia no es posible el orden y la paz en nuestra vida; y 2) Que los cuatro Evangelios son libros históricos, ya que, al reconocerlos así, su sola lectura desvela ante quién estamos; porque dice el punto 126.1 del Catecismo: “La Iglesia (y todos sus santos en veinte siglos) mantiene firmemente que los cuatro evangelios, cuya historicidad afirma sin vacilar, comunican fielmente lo que Jesús, Hijo de Dios, viviendo entre los hombres, hizo y enseñó realmente.” Sabe Su Santidad mejor que yo, que en ellos se descubre la quintaesencia del ser humano. “De pronto, se alborotó el mar en tal manera que las olas cubrían la barca... ¿Por qué tembláis hombres de poca fe? Entonces se levantó, increpó a los vientos y al mar y sobrevino una gran calma. Y maravillados decían: ¿quién es éste, que hasta los vientos y el mar le obedecen?” (Mt8,24-27).

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