Capaces de todo
Don Juan de Austria junto al Rey Cristo en el Cerro de los Ángeles, centro geográfico de España. Ésta es la esencia de nuestra Patria, antes en la Reconquista y después hasta hoy, la nación elegida por el Todopoderoso para las grandes gestas de su servicio. En la apocalíptica Fátima, la Virgen solo nombró a España y Portugal, y los errores Rusia. La compañía de Madre e Hijo es la razón pura e inequívoca de la prevalencia de nuestra Nación en el mundo; fue la Reconquista movida por la fe, fue la Conquista de las Américas traída por la evangelización en el alma de Isabel La Católica, porque no solo los reyes tenían esa fe sino también el pueblo entero. Era un bloque que mantenía unas “Fuerzas Armadas” levantadas desde don Pelayo, perfeccionadas por Fernando III el Santo, mejoradas con los Tercios por Fernández de Córdoba y llevadas a su culmen en Lepanto a la orden de don Juan de Austria, capitaneando la Liga Santa, valedor, junto a la Virgen, de la hoy Europa cristiana. Decía Francisco I de Francia algo así: “Bendita España, que educa a sus hijos en la milicia”. Todos estaban al servicio del Señor, que era y es lo mismo que estar al servicio de España, y su caridad. “Capaces de todo”.