Canto entre las rosas blancas

    25 may 2022 / 16:13 H.
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    No dejaste que la noche te atrapara en medio de aquellos negros tules, que flotando aparecieron de la nada. La vida volcó toda su luz, su verso azul se te caló en el alma, todo fue reparado, conquistados el silencio, la soledad, el vacío, la muerte... Alégrate porque de nuevo verás la primavera, sus días, sus ocasos y sus bellas auroras. Nada ya has de temer, descorriste la espesa sombra y encontraste el firmamento claro y limpio, mientras acariciaba la brisa tus pálidas mejillas. Mayo pasa, avanza suavemente, como un largo romance desabrocha su larga cremallera de versos, su brillante cabello se derrama sobre el tapiz del año que lo mira. El firmamento se ha calado de estrellas, hay un suave murmullo del agua que entre peñas salta sin miedo al vacío que la espera. Una luz se despierta sobre azules montañas, sobre cerros y riscos que guardando silencio contemplan la mañana que ha nacido cantando.

    Qué alegre son los trinos cuando la aurora vuelve, qué dulces son los versos que entonan las estrellas cuando se desdibujan desapareciendo en el azul del cielo. En los viejos y retorcidos troncos una canción enciende su latido, las cenicientas hojas suspirando y la trama surgiendo en las tímidas ramas suavemente, qué poema recita la esperanza sobre ese quieto olivo, lo besa dulcemente, un año más ha vuelto a tocar su arpa de notas la inquieta melodía, que se deja escuchar cuando mudos los pasos se detienen, entonces susurrando oyes las voces que te cantan. En el verde olivar que hay en la ermita una tonada armónica deshace dulces notas de alegres melodías, de suaves sensaciones, donde columpian versos los sentidos y vuela en el entorno la poesía. Allí yo te sentí cuando la madrugada se escondía, cuando el verde color y el ocre de tu suelo hollaban otra vez mis huellas, recorriendo el camino una vez más. Y mayo me dejaba sentir el claro aroma de aquellas blancas rosas. Ayer volví al camino de tus pasos lejanos, volví a notar tus serpenteantes vueltas, tu altura, tu piedra, tu espadaña. Ayer volví hasta ti entre los diferentes verdes que te guardan, volví a escuchar el dulce canto entre las rosas blancas.

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