“Cantinfleando”

02 ago 2016 / 18:00 H.

Mario Moreno, conocido popularmente como “Cantinflas”, acuñó el término “cantinflear”, aplicable a todos aquellos que hablan mucho sin decir nada y sin que se les pueda entender una palabra. Es el sistema lingüístico más utilizado en la política, pero hoy no les voy a hablar de estos dudosos servidores de la patria con la esperanza de que ninguno de estos políticos reclame para sí la atención de ser protagonista de otra nueva barrabasada. Esperemos, aunque sea muy difícil, que aguanten por lo menos un día. Hoy me ha merecido la pena recordar a un actor mexicano que no llegó a tener la relevancia internacional de Mario Moreno pero que hizo méritos para que su arte trascendiera más allá de las fronteras mexicanas. Me refiero Joaquín Pardavé. En su vida artística fue contemporáneo de “Cantinflas”. Precisamente, yo le conocí en la película “Ahí está el detalle”, que protagonizó junto a Mario Moreno en 1940. Joaquín Pardavé fue actor, director, guionista y cantautor, con más de 100 canciones en su haber. En este último mes de julio, pude ver casi una docena de películas interpretadas, y algunas escritas y dirigidas, por Pardavé. Y me ha sorprendido que este actor no traspasase las fronteras mexicanas con su cine ya que, aunque no fue mejor que “Cantinflas”, sí lo fue de Tin-Tan y otros actores que gozaron de cierta fama en España. Pese a que falleció con 55 años, interpretó un gran número de películas, cómicas y tragicomedias, con un sello localista del México de sus tiempos. Y lo que me llama la atención en su forma de interpretar, con sus diálogos “acantinflados”, hasta el punto de que llego a pensar que quién copiaría a quién, aunque la explicación puede estar en que ambos cómicos tenían idénticas raíces y casi la misma perspectiva popular a la hora de enfocar sus personajes.

Películas como “La familia Pérez”, “Una gallega en México”, “Doña Mariquita de mi corazón” y “Gendarme de punto” gusta verlas —al menos a mí— casi 70 años después de ser estrenadas. Dramas cotidianos tratados con buen humor y con ese eje central sobre el que solía ver y rodar todo Joaquín Pardavé. Lo he descubierto tarde en su grandeza pero para mí ha sido tan genial como lo fue el inolvidable Pepe Isbert, uno de los mejores actores de todos los tiempos.