Cantar del pueblo andaluz

02 abr 2022 / 16:33 H.
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Por estas fechas, Andalucía, sigue siendo una llama viva donde se conjuga la devoción cristiana con el colorido, el arte y el paisaje para crear y recrear lo que al mismo tiempo es intimidad religiosa y espectáculo visual. Porque esta tierra mía se dispone a vivir ya su Semana Santa. Es cuando el pueblo reza cantando. La saeta como oración que brota de la garganta, recorriendo los invisibles caminos del sentimiento. “Sangre divina de Cristo/ el pie de la cruz regó/ por cada gota nacía/ una rosa de Pasión”.

Pero, ¿qué es la saeta? Hemos leído que es una copla breve y sentenciosa que se canta al paso de un Cristo o Virgen. Y hay otros matices históricos que bien pueden situarnos en la antesala de la saeta que conocemos. En el siglo XVIII los padres franciscanos andaluces comenzaron a llamar saetas penetrantes a las coplas que se cantaban en las procesiones penitenciales, misiones cristianas y demás actos de devoción celebrados en nuestra comunidad. Resulta altamente significativo que estos breves rezos cantados o salmodiados en los actos religiosos rituales, fuesen propiciados por las órdenes religiosas de franciscanos y dominicos, en un intento claro de fomentar en las capas populares de la población un sentimiento religioso en base a su rico y variado folklore tradicional, en una época de fuerte laicismo estatal. Europa, España, lógicamente Andalucía, sienten las corrientes que la revolución francesa hace llegar a todos los rincones, libertad, cultura del y para el pueblo, y la búsqueda de una sociedad más laica y todo ello con aquellos viajeros románticos

En este sentido no podemos olvidar, en la génesis y evolución de las saeta las primeras letras de devoción que a lo largo del siglo XVIII y por los motivos que anteriormente hemos comentado, aparecen en los llamados avisos del pecado mortal y en los cantos penitenciales, letras que alcanzarían un eco flamenquísimo en los famosos rosarios de la Aurora. Y habrá que sacar en conclusión, que la eclosión de la saeta no es un hecho aislado, ni individual, que surja un buen día por obra de un artista creyente, sino que, como ocurre con toda la poesía popular de tradición oral, se va transmitiendo poco a poco, enriqueciéndose de forma continuada con la aportación colectiva del pueblo hasta formar su estado actual, susceptible a su vez de ser ampliado y transformado en el futuro, como nos enseña la experiencia. Y serán los cantaores los encargados de darle una nueva proyección a este canto popular hasta hacerlo totalmente flamenco como derivación de la toná, surgiendo entonces la saeta tal y como la conocemos. Saeta que se puede interpretar por martinetes, carceleras y seguiriyas. Si hacemos un breve recuento de grandes saeteros, seguramente, Silverio, el Nitri, los caganchos, Curro dulce o el mellizo, lo fueron. Y ya en el siglo pasado los referentes están en los nombres de Manuel Torre, Pastora Pavón, Centeno, Vallejo, El Gloria, Mairena. Y cerca de nuestro corazón, voces conocidas, lamentos de Jaén, con Rosario López, Rafael Romero, “El Gallina”, Canalejas de Puerto Real, Juan y Manuel Valderrama...

Y termino. Conocí a Manuel Contreras allá por 1972. Y fue un feliz encuentro por cuanto yo ya sabía de los valores personales de un joven de Torredonjimeno que buscaba, entonces, un hueco en el mundo de la información. Y Radio Popular de Jaén fue el lugar exacto para desarrollar su talento. Posteriormente su trabajo demostraría su entrega a un oficio o profesión que requería capacidad, conocimientos —muchos de ellos adquiridos día a día— y esfuerzos. Ahora solo tengo que darte la enhorabuena y el abrazo que te mereces, señor Pregonero de la Semana Santa de Jaén.

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