Canción
de Navidad

Cuando el escritor Charles Dickens escribió esta novela, manifestó el deseo de que se filtrara agradablemente en nuestros hogares sin disgustar a ningún lector. Sin duda alguna, conocía bien los entresijos del comportamiento humano. Podríamos ser como el protagonista, el viejo Marley, insensible y solitario quien sólo quería abrirse paso en el camino de la vida sin que nadie lo importunase. Sin embargo, también podríamos ser sorprendidos, como lo fue él, por tres espíritus: el de las Navidades pasadas, presentes y por la sombra del futuro. De este modo, nos dolerá todo lo recordado y lloraremos por quienes ya no nos acompañarán más en nuestras mesas, nos entristecerán las circunstancias adversas que se cuelan en cada familia e intuiremos tan solo cómo podría ser nuestro mañana. Tal vez, entonces, una luz escondida entre las grietas del alma nos recuerde que hay que seguir celebrando la vida. Y así, como hizo el señor Marley, correremos a la ventana, la abriremos de par en par y gritaremos ¡Feliz Navidad! Desde este rincón privilegiado que comparto con ustedes cada mes, quiero gritar fuerte para desearles que el espíritu navideño nos acompañe todo el año en forma de canción.