Camioneros

El tema no parece tener fin, es recurrente. Los agricultores franceses la lían parda con los camiones españoles cuando los ven llegar a sus fronteras. No les dejan pasar por “sus autovías”. No entienden que estamos en Europa, que el mundo está globalizado y formamos parte de ese grueso tomo de leyes donde los límites de todo tipo de enlaces están más que admitidos y pactados. ¡Pues no! Ellos lo toman por la tremenda y con sus propias manos. Años sí y años también, tiran y queman toneladas de productos frescos con destino a otros países europeos; Alemania, Bélgica, etc. Nuestros camioneros se ven indefensos ante semejante avalancha de campesinos con gritos y tractores cerrándoles el paso. Se encuentran impotentes y parados. Ellos son meros trabajadores, están en sus puestos de trabajo y no merecen ser tratados como terroristas. También es pobreza y ruina para los agricultores españoles de donde proceden esas mercancías. Cuidan y luchan, denodadamente para colocar y darle salida a sus productos. No es fácil la agricultura en España, nada sencillo su lucha diario. La tierra pide sudor y brazos fuertes, exponiéndose a inclemencias del tiempo, del agua y plagas por sorpresa. Nuestro dolor por vinos y aceites tirados.