Calores

El ascenso de las temperaturas coincide con los calores —y el frío— que provocan las elecciones: andaluzas. Ocurre que, las promesas que hacen políticos sin carisma ni posibilidades de variar el rumbo de la “Cosa pública” ya no son creíbles. Ocurre que a la falta de liderazgos, de ideologías y de saber hacer, se unen los estragos de una maldita invasión liderada por un maldito Putin, que sí tiene carisma - en sentido hitleriano- . Ocurre que, en estos tiempos en los que el pensamiento y la bonhomía, brillan por su ausencia, surgen como amapolas partidos a ambos extremos del arco político que viven gracias a los votos perdidos por izquierda y derecha históricas. Y ocurre que somos tan confiados que buscamos que alguien nos ilusione. Juegan con argumentos como echar a los inmigrantes, fulminar los avances sociales y conseguir que las mujeres dejen de vindicar sus derechos. O, al otro lado los de un cambio radical en la economía y en los hábitos de vida. Ambos con artes dictatoriales, porque los extremos se tocan cada vez más. Seguro que un pueblo tan lúcido como el andaluz reflexionará y no se dejará confundir con argumentos espurios. Asumirá que faltan líderes. Pero de eso a votar a descerebrados hay mucha diferencia.