Calles, páramos ardientes

    02 ago 2020 / 11:54 H.
    Ver comentarios

    Pongamos que hablo de una calle o plaza cualquiera, da igual como se llame el pueblo. Digamos que es verano, cambio climático añadido, y estamos en nuestra Andalucía. Con suerte encontraremos algún que otro árbol: es probable que a ese escaso arbolado se le sometiese a una poda extrema, un verdadero arboricidio, está muy de moda podar como si mutilásemos las ramas, con lo que la umbría será escasa, raquítica. Ese déficit de sombra natural, no vale la tan extendida moda de poner toldos en alguna calle céntrica, hace que el paseo sea inviable. Y por si faltaba algo al cóctel de una planificación urbana desastrosa, el asfalto y el uso extendido de solería con piezas de granito u hormigón, convierten las vías públicas en verdaderos hornos. Lejos de revertir la situación, hacer de los espacios zonas amables y acogedoras para el viandante, la cosa va a peor. La vida social lo es menos si el entorno es hostil. Menos discursos, menos ecologismo de pandereta, más gestos. De lo contrario arderemos todos. Sombras, por favor, y si añadimos fuentes donde poder beber, sería genial.

    Articulistas