Cal y arena

Al pan aceite y al vino ni agua. Sí. Y otra vez tengo que insistir en que hay cosas que dependen de nosotros, los ciudadanos y nuestra conducta cívica, y no siempre estar echando culpas a un ayuntamiento que ya bastante tiene con desatender otros problemas perentorios. Una de aquello es nuestra costumbre, se ve que innata, de ir tirando basura y desperdicios por donde nos de la gana a pesar de tener cerca contenedores y papeleras. Necesitaríamos un vigilante adherido a nuestra espalda para evitarlo. Pero otra de esto es la pretensión de los munícipes de que seamos los ciudadanos los que reportemos problemas urbanos, reporte que mayormente el consistorio lo deja en el eterno olvido. No, los ciudadanos no tenemos que ejercer una función que les compete a ellos (que para eso están) y que ellos pueden solucionar simplemente con montar una brigada que peine calles y barrios por sectores y elabore informes y obtenga pruebas de lo que deba resolverse (infracciones o deterioro urbano). Hay medios de sobra, que no se me diga que no, entre los empleados y trabajadores municipales. Y sabiendo del tema.