Cabestrismo nacional

    16 nov 2019 / 11:34 H.
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    Cabestro: “Persona torpe y que se deja influir demasiado fácilmente por los demás”. Cuando no se le presta la atención necesaria a la educación, la cultura y la igualdad, pasa lo que pasa. Cuando muchos medios de comunicación se dedican a programar basura y a enfatizar a cuatro mindundis, pasa lo que pasa. Suena a chiste que una multitud conozca al dedillo la biografía de Belén Esteban y no tenga ni puta idea de la historia de España. Si lo más relevante en el imaginario social sobre la confrontación de ideas entre la clase política es el “Y tú más”, pasa lo que pasa. En este caldo de cultivo cocinado a fuego lento, desatendido por la endogamia de unos y alentado por el interés de otros, las mentiras y la ramplonería se extienden como una mancha de aceite. En un país machacado y miope, con una legión de esclavos enganchados a un móvil y con el culo al aire, el cabestrismo está servido. Así que viendo lo visto y como está el paño empecemos a sacar algunas conclusiones de manual que nos ayuden a salir del impás y a recobrar la ilusión de la gente. Un suponer: más democracia y menos mamoneo, más cintura y menos cinturón de castidad.

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