Bulos y desinformación

31 ene 2023 / 17:46 H.
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La verdad se ha convertido en el símbolo de esperanza de una población que se ve incapacitada para plantar batalla a una guerra tecnológica que puede perder si no activa sus propias armas o recursos para desactivar la desinformación, los bulos o las mentiras propagados por V. Putin. Tienen la misión de desestabilizar cualquier democracia del mundo y permitir la llegada al poder de líderes populistas como D. Trump (que indujo hace dos años (6-1-2021 a tomar el Capitolio, según la comisión que ha investigado lo ocurrido aquel día). Mientras escribo este artículo los seguidores más extremistas de Bolsonaro, esos que no aceptan la victoria electoral de Lula, están tomando por la fuerza las sedes de los tres poderes públicos más importantes del país. Han funcionado las redes sociales para atraer a Brasilia a una turba controlada por un líder cobarde que prefiere no dar la cara y pertrecharse en la sombra desde la que da rienda suelta a los bulos, la desinformación y todas las mentiras que se les ocurra para subvertir el resultado de las urnas. Son negacionistas electorales a los que no les importa difundir mentiras para perpetuarse en el poder al margen de las votaciones que la democracia defiende como legítimas. A las pruebas abrumadoras de la comisión me remito: la misma afirma que la diferencia de votos es la que cuestiona cualquier intento infundado de cambiar el resultado electoral. Con el comportamiento antidemocrático de Trump y de Bolsonaro, lo único que han logrado es incitar a una turba a que ejecute un golpe militar, un hecho como ese tenía que haber acabado automáticamente con la vida política de ambos para que no vuelvan a presentarse a un cargo sustentado por mentiras, aunque si lo ejerciesen de nuevo, no representarían nada más que a una horda de “patriotas” envueltos en la bandera del país.

La pandemia requirió de vacunas que nos inmunizasen y estos intentos de golpe de estado, requieren sentencias condenatorias que busquen concienciar a la población de que ese no es el camino que hay que seguir para ejercer el poder, como tampoco lo es el sistema autocrático donde una sola persona se constituye en la suprema ley y decide anexionarse territorios o invadir un país soberano en territorio europeo. Jamás pensé que volvería a ver a un sátrapa de cuya boca no salen más que mentiras con las que ha creado una dimensión paralela, sujeta a una realidad que se multiplica a la velocidad de la luz, gracias a la falta de oposición, al ejército de espías que tiene repartidos por el mundo y a su red de hackers que, junto a la amenaza nuclear, constituye la base para perpetuarse en el poder y conseguir crear así el mapa de terror que está sembrando por doquier. Su influencia fue decisiva en el referéndum del Brexit (pobres ingleses que cayeron en la trampa de la desinformación y el Reino Unido se retiró de la UE), en el ascenso de Trump a la Casa Blanca o, en los efectos nocivos de las vacunas para la salud pública. Sus sofisticadas campañas lanzadas desde las redes sociales como Telegram y otras plataformas, se convirtieron en el instrumento que necesitaba para difundir la propaganda antidemocrática rusa. A la sociedad civil no le queda otra que crear sus propios anticuerpos para desmentir la desinformación propagada, hay que neutralizar los bulos, las mentiras e intentar cerrar este capítulo negro de la historia.

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