Buenas
prácticas

    24 ene 2020 / 08:57 H.
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    Hace un par de semanas supimos que una jiennense, Lourdes Jiménez, había sido elegida como la mejor maestra de España. Sus métodos de enseñanza se basan en la experimentación y en los sentidos. Entre otros recursos, utiliza talleres de escritura creativa y teatro. Tengo experiencia en este tipo de actividades con niños y jóvenes, y siempre me sorprende la creatividad que desarrollan los pequeños cuando se les da la más mínima oportunidad. En cuanto al teatro, estoy convencida de que es un buen instrumento para que los alumnos desarrollen habilidades que les serán muy útiles a lo largo de su vida, tanto personal como profesional. Perder el “miedo escénico” y dejar de sentir terror por hablar en público les puede ayudar a salir mejor parados en una entrevista de trabajo o defendiendo un proyecto ante un tribunal de oposiciones. Si se premia el trabajo de una maestra como Lourdes porque se ha comprobado que tiene unos resultados magníficos entre el alumnado, ¿por qué no se incorporan estas buenas prácticas a la enseñanza reglada? Sabemos que algo, o mucho, no funciona en una educación que se centra en memorizar contenidos, al menos eso es lo que nos indica el informe PISA para España.

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