Botellón sin duende

Mi hija cree que me he vuelto loca por mostrar mi fascinación hacia un señor de YouTube que caza duendes. Erwin Saunders es un excéntrico barbudo con la apariencia de un viejo gnomo de aquella película de Disney: ‘El abuelo está loco’, que se dedica a esperar durante horas en remotos bosques ingleses, para vislumbrar criaturas paranormales secretas a las que llama Morsu. Mi pobre y adulta hija me observa atenta como si mi sesera se desparramara en una colada de piroclastos ardientes, y me dice protectora: mamá, sabes que eso no es real, ¿no? Quiero contestarle, pero solo revelo una sonrisa típica de la idiocia cuando agrando la pantalla para ver mejor a un diminuto ser boscoso. Cómo explicarle que prefiero esta adaptación al siglo XXI de aquellas fotos de Cottingley Fairy que causaron gran revuelo en la Inglaterra eduardiana, a ver a miles de jóvenes queriendo entrar en una discoteca; o haciendo uso de la ‘libertad madrileña’ violando tras un botellón; o a los ultraderechistas y antivacunas tomando el centro de Roma y asaltando la sede de un sindicato. Cómo decir que, por un instante, me imagino que solo somos otra especie que retorna a la naturaleza tras un par de cientos de años.