Birlibirloque

22 jul 2019 / 09:37 H.

Yo podría vivir tranquilo aquí en mi retiro del Puente Tablas, escribiendo vivencias de Jaén y de gentes que hicieron y hacen cosas positivas para nuestra ciudad, y olvidar a los políticos que tanto enredan y todo cuando rodea al fútbol local. Pero son los políticos y quienes administran el fútbol jiennense los que se empeñan en no dejarme en paz, porque uno no puede permanecer de brazos cruzados cuando ve lo que ve y escucha lo que oye. No, porque el nombre de Jaén, mi tierra, está de por medio y me molesta que lo anden zarandando unos y otros. Unos —los políticos— por olvido, otros, los directivos, por falta de claridad. Y algo hay que decir, al menos para encontrar alguna explicación. La dimisión de Tomás Membrado ha causado gran sorpresa porque era inesperada. Aduce sus razones, unas relacionadas con cierto comportamiento de algún grupito de descontentos que no tienen razones convincentes y otras de índole personal. Está en su derecho renunciar a la presidencia del Real Jaén cuando él lo estime oportuno. Y hay que agradecerle los dos años que dedicó a la gestión del club aunque el éxito deportivo no le acompañara. Pero tuvo gestiones acertadas que hay que saber valorar. Lo que ha extrañado aún más es que haya dejado el club en manos de Andrés Rodríguez, el directivo más polémico que tuvo el Real Jaén desde hace muchos años. Andrés no ha sabido ganarse simpatías ni confianzas, a pesar de que no dejó de dedicar muchas horas al club jiennense. Un hombre que hace un puñado de días dimitió de su cargo de consejero delegado cuya dimisión no fue aceptada y que otros cuantos días después, parece como si fuera por arte de birlibirloque, es el nuevo presidente del club. Sorprendente ha sido este cambio de máximo rector, pero así están las cosas y la afición debe aceptarlas o dimitir. Decir que ni los abonados ni los aficionados tienen nada que decir sobre las decisiones del consejo de administración bajo el riesgo de verse en los juzgados no es el mejor mensaje que Andrés Rodríguez podía haber dado, A la afición se le ha quitado el voto pero no la voz. Y conviene que hable al menos para decir sí a la hora de sacar su abono. Al nuevo presidente habría que darle apoyo y respeto pero él debe procurar merecerlos. Por lo demás, lo mejor es buscar otra vez la unidad en torno a ese club que lleva el nombre de nuestra tierra.