¡Bendito humor!
Por lo pronto, ya que en este país no se lee lo suficiente, tenemos que leer y estudiar al detalle el acuerdo que ha firmado el partido socialista con los independentistas catalanes. También podemos aprovechar para releer el pacto del Majestic firmado por Aznar y Pujol o el firmado por González y Pujol en su momento. Por mi parte considero ya un gran avance que se haya abandonado la vía unilateral que nos llevó a un callejón sin salida. En cuanto a la condonación de la deuda pienso que no solo es justa, sino que además es útil. Esa deuda se lleva en la actualidad un tercio para pagar intereses y amortización de capital en vez de usar ese dinero para procurar garantizar la mejora de los servicios públicos que aumenten y mejoren nuestro deficiente estado de bienestar. No deja de tener su gracia, ¡bendito humor!, escuchar a algunos presidentes autonómicos que con infantilismo y para hacer méritos dentro del PP dicen que no van a acogerse a esa condonación de deuda porque les parece fatal que también se beneficie Cataluña.
Lo de Aznar y González y sus declaraciones no deja de tener su gracia, ¡bendito humor! Aznar, que de pronto nos contó que hablaba catalán en la intimidad, firmó un acuerdo con CIU para ser investido y garantizar la gobernabilidad. Las dificultades de aquel acuerdo, con dieciséis páginas en catalán y dos en español, no estuvo en el contenido del texto, sino en el reto que supuso para las direcciones de las dos formaciones políticas el convencer a sus respectivas militancias, ya que se disponían a hacer exactamente lo contrario de lo que habían prometido en la campaña electoral y antes. No deja de tener su gracia, ¡bendito humor!, recordar cuando los afiliados congregados la noche del tres de marzo en Madrid frente a la sede de Génova festejaban la victoria de Aznar dirigiendo a Pujol toda clase de improperios y coreando consignas como “Pujol, enano, habla castellano”. No deja de tener su gracia, ¡bendito humor!, y un deje de hipocresía, la alarma con la que se refieren estos dos expresidentes al acuerdo al que ha llegado el PSOE con Junts cuando durante casi toda nuestra democracia los diferentes gobiernos tanto de PP y PSOE han pagado peaje a las fuerzas nacionalistas vascas y catalanas. Hay que recordar que Junts son los herederos de CIU, del CIU de Jordi Puyol y del 3%; del CIU por los que el señor González impulsaba el AVE Madrid-Barcelona. ¿Se humillaba a España entonces cuando el expresidente del Gobierno José María Aznar indultó a dieciséis miembros de la organización terrorista Terra Lliure en 1996, al igual que su antecesor, Felipe González, cuando también indultó a dos condenados de ese mismo grupo terrorista, siendo él quien había iniciado los trámites de los otros dieciséis condenados en el mismo proceso? Al parecer ahora con esta amnistía se avecina el apocalipsis zombi, España se rompe, España se humilla, se va a violar a cuarenta y ocho millones de españoles y un largo etcétera. Se está sobreactuando por parte de los que no asimilan que no están ya en la palestra y se está creando una cortina de humo utilizada por la derecha. Ahora toca tomarse las cosas con humor y después evaluar de manera seria y sosegada lo que han supuesto en nuestro país anteriores amnistías y lo que puede suponer esta. El humor sirve para contemplar la pataleta continua de la derecha cuando no puede gobernar o cuando le es imposible, como ahora, llegar a acuerdos de gobierno por estar secuestrados por sus pactos con la extrema derecha. Acuerdos que les impiden acercarse a ninguna otra fuerza democrática.
Para mí, lo que de verdad importa de este próximo gobierno, como de cualquier otro, no es la amnistía, sino los acuerdos que nos hagan avanzar como sociedad, que mejoren el mercado laboral, que fortalezcan los servicios públicos, luchen contra el cambio climático y la desigualdad y, en definitiva, mejoren la vida de la mayoría de la población española. Ese es el verdadero reto y ahí el nuevo gobierno tiene que estar a la altura de los enormes desafíos que tenemos como sociedad. Lo demás me lo tomo con humor.