Barbarie o bien común

    03 abr 2020 / 16:29 H.
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    Es triste que sea esta pandemia la que nos esté abriendo los ojos y nos esté mostrando el gran dominio que las fuerzas conservadoras, hoy día de sensibilidad neoliberal, han tenido y continúan teniendo sobre los aparatos de nuestro Estado y su enorme influencia económica, política y mediática. Ese enorme control sobre el orden establecido es el que ha conseguido silenciar y ocultar los enormes déficits que continúan existiendo en España y que nos han llevado a una situación que muestra las grandes insuficiencias de nuestro Estado del Bienestar y sus servicios. Y todo ello consecuencia de su escasísima financiación, en concreto de las más bajas de la UE, y la polarización social que elimina la imprescindible solidaridad para
    resolver los grandes problemas que la pandemia está creando. Ahora, durante la mayor crisis que la mayoría de países del mundo han sufrido en estos últimos años, es cuando se nos están mostrando y estamos entendiendo con claridad las consecuencias negativas que ha tenido la ideología neoliberal dominante tan ampliamente difundida por los grandes medios.

    Nuestra respuesta como país a los daños de la pandemia está poniendo al descubierto nuestras debilidades, esas que han sido ocultadas estos últimos años. Me refiero a la escasa financiación de nuestro “Estado del bienestar” y en concreto de nuestros servicios sanitarios. También me refiero a los enormes recortes, de los más acentuados de la Unión Europea y que han dejado a nuestro sistema sanitario con una capacidad de respuesta escasa frente a los daños que provocaría la expansión inevitable de esta enfermedad. Los tremendos recortes han reducido el sector público a costa de aumentar el sector privado, además de aumentar la polarización por clase social tan característica de nuestra sanidad. Estos recortes han sido promovidos por la ortodoxia neoliberal que ha sido hegemónica y ha dominado las políticas públicas de los gobiernos españoles y autonómicos y, todo hay que decirlo, que ha sido promovida por los grandes medios de información. Los recortes han debilitado aún más nuestro sistema sanitario, un sistema ya de por sí escasamente financiado. La realidad es que antes de la crisis de los últimos años nuestro país se gastaba mucho menos en sanidad de lo que le correspondía por su nivel de riqueza, cosa que sucede igualmente hoy día.

    La cuarta economía de Europa, comparándola con el grupo de países de la UE con semejante nivel de desarrollo, continúa con un gasto en sanidad mucho menor del que le correspondería por su nivel de riqueza. La escasez de recursos del Estado se debe, y digo en parte, a la baja contribución de los propietarios y gestores de los grandes grupos económicos y financieros. Y no hablo solo de la evasión fiscal, el 70% del fraude fiscal es cometido por los grandes patrimonios y grandes empresas, sino por su poca aportación, la legal, en comparación con estos otros países con igual nivel de desarrollo.

    Si hay algo que está quedando claro con esta pandemia, es la urgente necesidad de cambio en las correlaciones de fuerzas dentro de los estados, se tiene que acabar con la excesiva influencia de unos intereses particulares que impiden alcanzar el bien común. El gran ejemplo que ha dado la población de nuestro país durante este confinamiento o al unirse para dar las gracias a los trabajadores de la sanidad muestra la solidaridad que somos capaces de ofrecer en aquellos momentos en los que el bien común debe ser el único criterio a seguir, y ese debe ser también el de las políticas del Estado. Cuando todo pase, esa movilización de nuestra sociedad no debe cesar y tenemos que exigir cambios sustanciales y profundos al nuevo gobierno de coalición de izquierdas. Se tienen que expandir los servicios de nuestro Estado del bienestar y se deben movilizar los fondos y los poderes públicos al servicio de la mayoría de la población. Tenemos que presionar para que en una situación excepcional como la que estamos viviendo se encare una redistribución de la riqueza del país que corrija tales déficits y contribuya a obtener los fondos requeridos.

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