Balance íntimo

08 ene 2020 / 09:01 H.
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Es innegable que no hay fiestas que despierten más emociones y felicidad que estas que acabamos de vivir de Navidad y Reyes. También es cierto que estas han sido las fiestas en las que más me afectó un estado de salud que limitó bastante mi normal espíritu de participación, de convivencia. Siempre he sido de los primeros en ponerme en contacto telefónico con familiares y amigos de toda España. Este año ni pude hacerlo ni lo he acabado de hacer todavía por esa dificultad respiratoria que me dificulta el habla. Eso sí, fueron docenas de amigos los que me llamaron a mí a los que muchos de ellos no pude atender. Y quiero, pasado todo, aunque mi problema aún se resiste a dejarme en paz, hacer un balance íntimo para agradecer públicamente el cariño de mis familiares y amigos y pedirles disculpas públicamente por mi obligada ausencia. Lógicamente este balance arroja una deuda grande de llamadas que deberé pagar en cuanto pueda pero, en los escasos momentos en que estuve más entonado, aproveché para hacer alguna llamada a aquellos amigos que consideré que les sería más reconfortante escuchar una voz amiga en esos días, como Mari Carmen, la esposa de Chomin Solaegui, aquel pundonoroso delantero centro que defendió con tanta honestidad y entrega los colores del Real Jaén, tiempo en el que fraguamos una entrañable amistad. Chomin lleva ya algún tiempo ingresado en una residencia de Irún aquejado de alzhéimer y su familia está necesitada de apoyo y afectos. También algunos muy buenos amigos nos dejaron en estas fechas, como Pepe Fontecha, compañero de Diario JAÉN; Francisco Cañada “Paquillo”, ese enamorado del cante siempre cercano a la Peña Flamenca de Jaén y fiel escudero de la inolvidable Rosario López, a la que cuidaba como una hermana. Más recientemente, María Puente, que falleció hace cinco días, a los 85 años, una encantadora mujer que hace ya años conocí por mis caricaturas por las que siempre demostró una gran admiración. Y hoy, mismo, mientras estoy escribiendo estas líneas, me llega la triste noticia de la muerte de Rafael Esquinas García, padre de mi entrañable amigo Rafa, del bar Luque. Ya ven, un balance con más sombras que luces pero que no va a conseguir minar mi ánimo de lucha, con el apoyo de mi familia, de mis amigos, especialmente de uno que nunca me permite decir su nombre y se porta conmigo como otro ángel de la guarda.

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