Balance incompleto

03 ene 2020 / 08:52 H.
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Es antiquísima la costumbre de que, llegado un año nuevo, industrias, comercios, asociaciones y toda clase de colectivos hagan balance del movimiento efectuado el año anterior. También, sería muy conveniente que cada persona hiciera un balance de su propia vida, de sus propios actos, y supiera sacar siempre conclusiones positivas por si fuese recomendable cambiar algo que nos estorba, que nos no ayuda a mejorar. Yo, que nunca fui empresario ni más responsable que de mis propios actos, suelo hacerlo y, como me sobra tiempo, también pienso en hacer algún que otro balance sobre la vida en nuestra ciudad. Uno de los temas que me vino a colación es precisamente sobre las asociaciones, clubes, peñas y pequeños colectivos creados para fomentar la cultura, el arte, el deporte, la gastronomía y otras peculiaridades de las muchas que Jaén puede ofrecer al resto de la humanidad. Un balance que será incompleto, porque por mucho que estire mi memoria, no llega más allá. Hubo unas décadas en las que proliferaban este tipo de colectivos que se significaron en su aportación para el mejor conocimiento exterior — e incluso desde dentro — de que Jaén existía y tenía mucho que ofrecer, como el Club “Ciclista Coosur”, comandado por Juan Torres; el Club “63”, donde tanto trabajo puso Miguel Ángel Bueno; los “Amigos de San Antón”, luchando al frente Pedro Comesañas; los “Amigos de Jaén”, que fundó el tempranamente desaparecido Juan Fuentes Illana: la Peña “Cantera”, que yo mismo fundé junto a muy buenos amigos y que presidió mi “primo” Blas Ruiz Casanova; “Tendido 1”, que siempre fue la pasión de Felipe Fernández; la Peña Flamenca, que se mantiene aún pródiga en actividad bajo la presidencia de Alfonso Ibáñez; los “Amigos de los Viernes”, los “Amigos de los Martes”, el “Club de las Estrellas”, los “Amigos de los Íberos”, un sueño de Pilar Palazón, y muchas asociaciones más, como la Cofradía “La Buena Mesa”, en la que en su primera época, la de Juan de Dios Colmenero, Juan Castellano y Eduardo Pimentel, yo fui pregonero en numerosos de sus actos. Muchos de ellos ya desaparecieron, de otros, no tengo noticia, por eso digo que este balance es incompleto. Siento nostalgia por su ausencia, especialmente por aquella revista, “Senda de los Huertos”, que editaban los “Amigos de San Antón” y que hace años que no sé nada de ella y merecía la pena.

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