Bailes de disfraces

    23 abr 2025 / 08:58 H.
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    Pasó ya la Semana Santa, época de reflexión y de reencuentro con nuestras familias y nuestras antiguas tradiciones. Toca de nuevo regresar al esfuerzo de una cotidianidad marcada por la particular e inexorable rutina del día a día. En estas últimas fechas, los escándalos políticos, por no hacer mudanza en su costumbre, nos han seguido asombrando, acompañando y deslumbrando. ¿Quién da más? Los corruptos haciéndose pasar por víctimas y los sufridos ciudadanos pagando estos bailes de disfraces en los que se han convertido las actividades del actual patio de Monipodio, que hoy rige la vida pública de nuestros gobernantes. Lo ocurrido en el Parador de Teruel, que, al parecer, también existe, es una prueba evidente del grado de degradación moral que nos invade. Que en plena pandemia, un ministro de España reclutase un furgón de prostitutas, cual si de ganado de granja se tratase, es algo tan repugnante que no merece ni comentarse. ¡Pues ahí sigue aún en su escaño haciéndose el importante y burlándose en los medios de todas y de todos! ¡Pobre España si la talla de sus dirigentes se mide por sus mentiras, sus amoralidades, sus amenazas o sus extorsiones! ¡Menudo feminismo nos está quedando tras las “ejemplaridades” ofrecidas desde las cúpulas del poder!



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