Autoestima y confianza

    11 abr 2024 / 09:17 H.
    Ver comentarios

    Una enseñanza que pronto nos revela la vida es que, lo que logremos, va a depender mucho de la confianza que tengamos en nosotros mismos. Es sencillo, tanto como contundente; la calidad de nuestra vida, creo, depende en buena medida de la manera en que nos dediquemos estima hacia nosotros mismos y de los cimientos que podamos construir a partir de la confianza propia. Sin excesos, siempre en un término medio, con el equilibrio como objetivo, para no ser abrumado por lo externo, ni para convertir nuestra proyección hacia afuera en una carga para los que nos rodean.

    Aprender a confiar, a creer en ti mismo, es bastante más que un sentimiento o una intuición, es una habilidad especial, considero que incluso va más allá, y se transforma en una manera profunda de pensar en la vida. Tal vez sean los años y la experiencia, pero ojalá aprendiésemos y nos acompañase esta enseñanza desde nuestros primeros tumbos en la vida. Pero, ¿qué es realmente la autoconfianza?... porque no surge de la nada, no está ahí sin más. Considero que emana de conocer y aceptar quien eres. La fuente la encontramos dentro de nosotros mismos. Ser consciente y entenderse a uno mismo, de una manera honesta y profunda, alimenta esa autoconfianza. Es más que conocer tus fortalezas y debilidades, es ver cómo estas se conectan con lo que crees, ver como tus pensamientos, sentimientos y acciones se alinean, dando consistencia y verdad a esa confianza. Vivir de una manera que coincida con tus creencias más importantes, pero teniendo claro que no basta con saber en qué crees, es importante actuar de acuerdo a ello diariamente. Los valores personales son decisivos, cruciales, trabajan como una brújula que ayuda a elegir, actuar y dar forma a tu vida, por eso considero fundamental identificar tus valores principales y comprométete a vivir de acuerdo con ellos, siendo fiel a ti mismo. También ayuda aprender a enfocarse bien, prestar atención a lo verdaderamente importante y colocarlo en el eje de nuestra vida. Entender también que hay cosas que, sencillamente, no se pueden cambiar, y aprender a distinguirlas, para aceptarlas y trabajar en las que sí, fortaleciendo de esta manera nuestra voluntad y trayendo a nuestra vida verdadera calma. Al pensar en nosotros, aprender y ser conscientes, captamos de inmediato que no sabemos todo sobre nosotros mismos, que está bien sentirse vulnerable y convivir con esa falta de seguridad que nos ayudará a conocer nuestros límites, algo decisivo para crecer como persona, pues aceptándose, te liberas y abres a experiencias nuevas que amplíen tu perspectiva de ti mismo y del mundo. La genuina autoconfianza es humilde, practica la gratitud, el aprendizaje y la curiosidad, sólo así crece de verdad.

    Articulistas