Auschwitz

    09 feb 2022 / 16:40 H.
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    Los pájaros que anidan creando vida en tierra al sur de Polonia, desconocen el dolor que en Auschwitz ha creado la raza humana transformando vida, alegría, esperanza, ilusiones, en experimentos; que vivían con todos sus derechos como cualquier ser humano, en carne de ensayos. Los guetos donde el holocausto secuestró miles y miles de judíos, presos políticos, gitanos, homosexuales, prostitutas, entre otras decisiones nazis, empañaron la capacidad bondadosa de la humanidad que miró a otro lado cuando los asesinatos y los experimentos se producían en los campos de concentración nazis. La capacidad de hablar del ser humano parece ser que ha engolado a quienes se creen superiores para señalar la vida animal como salvaje. Error. La raza humana, que hasta este siglo XXI no ha evolucionado en el bienestar de esta, sino que dedica tiempo y esfuerzo en autodestruirse y destruir lo que le rodea. Al sur de Berlín en el monumento al holocausto se ha pretendido crear memoria histórica cuando la realidad está en la educación. Es decir, Auschwitz y el resto de los campos de concentración deben de enseñarnos permanentemente el valor de la vida, el respeto y la tolerancia. Y eso solamente se consigue “guiando al arbolito desde chico”: en el hogar y en el colegio.

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