Aún no florecen los almendros

    18 ene 2024 / 09:53 H.
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    La noche es larga, oscura, triste, sombría y lóbrega, se pasea despacio sobre los tejados con su manto de nubes pintadas de argéntea mirada. Pasa despacio, moviendo las agujas que caminan, como si quisieran saltar los charcos en una calle cualquiera.

    Se ha instalado y reina entre el velo transparente de la tarde que muere, y el tierno amanecer que parece surgir desperezándose de otro velo más opaco y oscuro. La noche se ha adherido a los balcones, trepando sobre tapias y murallas, torreones que aún siguen sin decaer ni abatirse, por más que el viento y la lluvia vengan hasta ellos, como si quisieran derrocarlos y dejarlos allí desvanecidos, como si de un castillo de naipes se tratara. Ella sabe apagar las palabras poco a poco, pero también sabe encender los sueños y sabe esperar y oscurecerlo todo. Le apasiona dibujar sombras que pasan sosegadas, pintando en los muros figuras borrosas que no tienen sonrisa. Así es ella, cuando el invierno la deja que reine en medio de las horas, en su trono de grises penumbras, que apenas dejan ver lo que sucede cerca.

    Qué lejos están aún los brotes blanquecinos, que surgen en las ramas fantasmagóricas y retorcidas de sus brazos abiertos, que parecen esperar que un año más se produzca el milagro de la vida, sin que nadie, un buen día, advierta que ya están floreciendo.

    Qué lejos aún ver en sus ramas las flores de rosadas tonalidades, dan la sensación que unas manos las han hecho con un papel especial de suave textura. Sus cinco pétalos desbordan la belleza y acarician el campo con sus mimos albares. Con el sol van creciendo día a día, la escarcha con su beso de heladas sensaciones rozan sus pétalos de seda. Ellos siempre prefieren vestirse primero con sus flores, para que podamos identificarlos rápidamente, luego vendrán sus hojas que llenarán sus ramas de verdes adornos, completando sus vestidos de fiesta. Qué lejos están aún sus níveas sonrisas que despiertan al contemplar como una tarde ya se ven en las ramas.

    Aún no han florecido los almendros, la primavera duerme en los jardines, en la tierra que sueña, en la noche que aún reina sobre el trono de invierno...

    Aún no han florecido los almendros...

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