Asilo versus guardería
Como los años no pasan en balde ya me encuentro en una edad más cercana a ingresar en un asilo (ahora se le llama pomposamente residencia de mayores) que en una guardería. ¿Y por qué digo esto? Porque estoy en la primera parte de la edad dorada de la jubilación y tengo el honor de llevar y recoger todos los días a mis queridos nietos Abel y Saúl; y por eso tengo contacto diario con una guardería de bandera (en Sevilla): Kindermundi. Allí puedo palpar continuamente el cariño, la profesionalidad y el afecto con los que tratan a mis nietos (y a sus compañeros) de manera que se sienten reconfortados, por lo que les encanta ir diariamente a ella. Tienen buenos amigos, local espacioso y decente y guapas y cariñosas cuidadoras y maestras que se preocupan de sacar lo mejor de cada uno de ellos, con métodos montessorianos que les hacen mucho bien para su crecimiento y desarrollo. Por eso, me pregunto si sería posible exportar ese ejemplo a los asilos o residencias de ancianos para que sus usuarios fuesen tratados con el mismo cariño, entrega y profesionalidad, sin que se diesen los flagrantes casos de abandono y maltrato que hemos visto durante la pandemia...