En el planeta Pepita con Elena Díaz

15 jun 2019 / 11:31 H.

Desde muy niña le encantaban los estuches de colores, esos que se abrían y cerraban con cremallera, repletos de lápices, con su sacapuntas, goma, escuadra y cartabón, e incluso a veces, con un bolígrafo de cuatro colores. Dejaba volar la imaginación con infinidad de formas y colores que inundaban de dibujos las paredes de su casa, alentando grandes aventuras que más tarde revivía con esos indios pequeñitos que vendían en los quioscos.

Elena Díaz Arévalo nació y creció en Linares. Desde muy joven tenía clara su vocación y con apenas 16 años escribió cartas a distintas escuelas pidiendo información para hacer lo que más le gustaba: dibujos animados.

—Pero estudió Bellas Artes en la Universidad de Granada...

—Sí, mi madre quería que estudiara una carrera “normal”. Me pasaba el día dibujando, eso lo heredé de mi padre, así que opté por Bellas Artes.

—¿Y los dibujos animados?

—En cuanto acabé en Granada hice la prueba de acceso a la Ecam, la Escuela de Cine de Madrid. Nada había cambiado, seguía queriendo hacer Dibujos Animados y en aquellos años solo se podía estudiar allí.

Durante los tres años de la Ecam y con el fin de ayudarse económicamente, estuvo trabajando en Stradivarius. “Doblando ropa”, afirma con una sonrisa. Pero, al acabar, tomó un camino profesional distinto a lo que había estudiado. “Veía mucho ego”, confiesa.

Siguió unos años en Stradivarius y en otros empleos de los que llamaba “alimenticios”, a la vez que alternaba con su pasión. En 2008 participó en un programa donde conoció a David Navarro.

Poco después realizó, con Elena del Moral, “Sombras ambulantes”, un cortometraje financiado por el Ministerio de Cultura y la Comunidad de Madrid, pero al terminarlo empezó a trabajar en una empresa de construcción donde fue creciendo profesionalmente en un afán de llevar lo que pensaba que debía ser “una vida normal”.

—Pero decide dejarlo...

—Pues sí, aunque intentaba aplicar mi creatividad en esos trabajos, la verdad es que no me convencía de que, para mí, eso fuera lo normal, y mucho menos lo ideal —sonríe—. David y yo nos casamos en 2016 y poco después decidimos volvernos a Jaén. Estuve 15 años en Madrid, allí tenía mi vida y mis amigos, pero la verdad es que desconecté y me reinicié, volví a mis orígenes: los colores, dibujar, hacer animación... Aquí, en mi tierra, y soy muy feliz.

Su sueño era crear una productora audiovisual y para ello debía dar forma a lo que tenía en su cabeza. “La parte burocrática no molaba nada, pero sarna con gusto no pica...”, confiesa.

Llevaba poco tiempo en Jaén cuando la llamó una chica que estaba grabando un corto para el concurso Rodando por Jaén. “Me han dicho que te gusta el rollo del cine...”, le dijo. Les faltaba alguien para la claqueta, así que fue con ella y conoció a toda la gente de Jaén relacionada con este mundo. Poco después, en la Feria de San Lucas pensaron en hacer unas camisetas...

“Y mi perra se llama Pepa”, concluye.

Las camisetas lucieron una marca: “Pepita Dinamita”, la misma que hace apenas un año dio nombre a la productora de la que son socios Elena Díaz y David Navarro.

La primera producción de Pepita Dinamita Studios fue “Cabra y lince”, un cortometraje de imagen real dirigido por Elena, que recibió varios premios en el “VI Concurso Rodando por Jaén” de la Diputación Provincial: mejor corto provincial, mejor música y mejor actor. Corto que fue proyectado en el Festival de Cortometrajes y Cine Alternativo de Benalmádena.

Lleva poco más de un año con la productora y ya ha realizado numerosos trabajos como vídeos de educación, de denominaciones de origen, de animación y de soporte audiovisual de espectáculos, tanto de David Navarro como de otros monologuistas.

—¿Nuevos proyectos en Jaén?

—Sí, animación en Stop Motion... Pero ya os contaré.

Le encantan los dibujos animados, sus preferidos son “Steven Universe”, y no se cansa de ver las películas de Marvel. Le gusta leer, pero en papel, sobre todo novela negra, salir con los amigos y, de vez en cuando, aislarse del mundo escuchando música.

—Estar en su planeta...

—Eso es... Bienvenidos al planeta Pepita...