Arrivederci, Gina

    22 ene 2023 / 16:00 H.
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    Cuando los Estudios hollywoodienses estaban en su máximo esplendor la MGM afirmaba tener en nómina más estrellas que en el firmamento. Su plantel de actores y actrices era, en efecto, deslumbrante. Hoy, muchos años después, es la cúpula celestial quien ha ido llamando a su presencia a la mayoría de aquellas estrellas. Ahora es el firmamento quien se disputa a sí mismo el disponer casi de más astros de categoría cinematográfica que de planetas, cometas, galaxias y demás cuerpos celestes que le son propios. La última que se ha incorporado a la lista de “stars” que pueblan el universo -y más allá- es Gina Lollobrigida. Se ha marchado dejándonos ese regustillo de “maggiorata” (con perdón de Sophia Loren) que siempre la acompañó desde que Vittorio de Sica se lo aplicó con singular acierto a la vista de sus bien moldeadas hechuras. Curiosamente al encontrar la noticia de su fallecimiento no me han venido a la memoria esas películas del tipo “La mujer más bella del mundo” que solía protagonizar, bien envuelta en ropajes “peplum” (Salomón y la Reina de Saba), circenses (Trapecio), de espadachines (Fanfan la Tulipe) o como uno de los personajes clásicos: la Esmeralda de “Nuestra Señora de París” a menudo bajo las órdenes de directores no demasiado cotizados. Por el contrario, mi recuerdo más nítido es verla una tarde de domingo vestida de Hada azul contándole a un muñeco de madera que podría ser un niño de verdad. Era la miniserie “Pinocho” dirigida por Luigi Comencini. Por aquel entonces, nuestra adolescencia virgen en cinefilia no sabía todavía que Geppetto era también aquel José Luis, el yerno de Amadeo (Pepe Isbert) en “El verdugo” aunque ello, claro, poco nos importaba a la hora de adentrarnos en aquella Toscana transformada en escenario mágico con ese toque de hiperrealismo sucio y descarnado que nos encogía el corazón cuando Pinocho sufría una y otra vez los avatares del cuento. Y allí, con su “capelli turchini”, aparecía Gina en una onírica interpretación de la “Fata” que no hemos olvidado a pesar de los cincuenta años transcurridos. Si al principio hablábamos de las estrellas del sistema de estudios hollywoodiense no podemos dejar en el olvido a las parejas con las que Gina navegó por las pantallas: Humphrey Bogart, Errol Flynn, Anthony Quinn, Yul Brynner, Burt Lancaster, Tony Curtis, Alec Guinness, Yves Montand, Frank Sinatra, Rock Hudson, Sean Connery, David Niven, Vittorio Gassman, Stephen Boyd e incluso nuestros Paco Rabal y Fernando Rey en la película “Cervantes”. Ahora, Gina, quizá te has encontrado cara a cara con Billy Wilder a quien entregaste el Oscar en 1961. No olvidemos que para Garci y Trueba el director de “El apartamento” es... Dios.

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