Aprovechar la jubilación

Naces un día cualquiera, en una familia determinada y encuadrado en unas coordenadas espacio-temporales e históricas. Te educan para que aprendas a desenvolverte en el mundo en el que vives y para que te ganes la vida cuando llegues a la mayoría de edad. Después, te colocas y/o te emparejas (pudiéndote llegar los hijos anhelados —o no—). Así vives la mayor etapa de tu vida: esperando que llegue la hora del retiro para poder hacer realidad tus sueños más preciados. Como el período laboral se acaba, llegas a coger la ansiada jubilación. Si has sido previsor, como la hormiga de la fábula, disfrutarás de tiempo, dinero y tranquilidad; contando siempre con la salud, por lo que será la mejor etapa de tu vida, que hasta podría ser la más larga y provechosa. Siempre contando que no se te cruce por el camino el estado —por mediación de los políticos que ejerzan el poder en ese momento— o de tu propia familia, para que no te sisen, secuestren o amarguen la existencia, frustrando así los bellos proyectos que te habías forjado para esta encantadora etapa de tu vida. Por eso, la jubilación puede y debe ser el mejor tiempo para recoger una buena cosecha vital.