Aprobados en golfería

04 feb 2019 / 08:50 H.

La película protagonizada por Tony Leblanc, “Los tramposos”, recreó una serie de timos de los que en aquellos tiempos estaban más de moda, especialmente el timo de la estampita. Ha llovido mucho y el agua ha caído en terreno propicio para que los timadores, los estafadores, los golfos, crezcan y se multipliquen, creando además nuevas especies de trucos. El número de estafadores que existe actualmente en nuestro país es inconmensurable. La asignatura que trata de la golfería no debe ser demasiado complicada cuando tantos individuos e individuas la aprueban. Así nos engañan entidades como los bancos, aseguradoras, las suministradoras de energía eléctrica, agencias, y particulares, infinidad de pillos autónomos que timan sin reparos a las personas y a la Hacienda Pública. Se van a cumplir dos años del descubrimiento de aquella singular estafa maquinada e interpretada por Paco Sanz, el hombre que fingió tener una enfermedad de más de dos mil tumores y pedía ayuda y engañó miles de buenas gentes, esas que por su bondad siempre pecan de ingenuidad y son víctimas propiciatorias de estos sinvergüenzas. Hasta mi entrañable amigo y jaenero ejemplar Santi Rodríguez cayó en sus trampas. Los timadores no suelen ser gentes corrientes. Se necesita ingenio y una cara dura sin límites para ejercer el oficio. Y es el ingenio el que les lleva a idear sistemas de estafa más sofisticados, a veces increíbles. Pero ellos no tienen escrúpulos de ninguna clase. Ya ven la estafa descubierta la semana pasada perpetrada por una empresa funeraria de Valladolid, donde se cambiaban los ataúdes de los cadáveres que iban a ser incinerados para quemar otros más baratos y vender de nuevo los de lujo, e incluso las coronas se recuperaban y revendían otra vez. Hablar de toda esta basura tiene sus riesgos, porque ya dijo Jesús que “aquel que esté libre de pecado tire la primera piedra”. Y hay quienes tiran piedras a su propio tejado, quizás porque les falla la memoria. Ya ven lo que está sucediendo con el reciente candidato elegido por el PSOE para la Alcaldía de Madrid. Resulta que el elegido, el popular entrenador de baloncesto Pepu Hernández, tiene en su pasado —según se dice— sus pequeños pecadillos inconfesables que ahora, cuando se ha metido en mitad del charco, salen a relucir. ¡Qué ojo tienen los socialistas para elegir el personal!