¡Apéate de las apps!

Estamos en esta sociedad, tan ultramoderna y falsa, que quiere tener bien controlados a todos sus ciudadanos, enganchándolos todo el día a las pantallas de los adminículos demoníacos que se han inventado para ello; especialmente, a la del móvil, que está más cerca del bolsillo y del corazón, para tenerlos fatalmente abducidos con esa distracción aparentemente tan fútil y, a su vez, útil, verdaderamente muy útil, con la añagaza de tenerlo todo tan a la mano y a un simple clic, sin tener que desplazarse al lugar de compra, venta o alquiler ni soportar esperas innecesarias o compañías tóxicas. Todo se hace por el bien del cliente que es el que trabaja en su “app” para auto proporcionarse el placer de ver de inmediato el producto demandado o querido y con toda la parafernalia mercadotécnica que lo adorna y acompaña, cual droga diaria y necesaria que hay que tomar como medicina “apaciguadora” del ansia de compras que le alumbra, hasta conseguir ingresar en “la cofradía del trastorno de la compra compulsiva”. Ya tendrán tiempo, más tarde, de ir al psicólogo o al psiquiatra que le corrija sus posibles excesos, filias o fobias. Por eso me permito darle un consejo de amigo: ¡Apéate de las apps!