Ansiado otoño

Ver comentarios

Se habla del otoño casi siempre con melancolía. Yo por el contrario lo encuentro como algo nuevo. Un respiro después del largo y “achicharrante” verano que siempre es de agradecer. Un volver a empezar la andadura con el trabajo, después del descanso y renovados ánimos. Las tardes apacibles y más frescas de septiembre y octubre las encuentro deliciosas. Ahora, en otoño, los jiennenses siempre miramos al cielo y pedimos esas lluvias tan escasas por estos lares. Jaén como ciudad de interior no cuenta con ese caudal turístico que llega a España todos los veranos con la euforia ya puesta y animados a dejar sus ahorros en playas, sol, tipismo y el buen yantar. Nuestra provincia no lo tiene. Jaén es oliva y más olivar. 65 millones de olivos nos avalan y con ellos convivimos. Son nuestro santo y seña. El escaparate que mostramos al mundo con nuestro preciado producto. No me cansaré de repetir el apelativo que nos define y honra: “Jaén, Capital Mundial del Aceite de Oliva.” Por tanto, y con toda la seriedad que el caso requiere habría que alzar la voz y rogar a la clase política que mire, atienda y potencie al olivar. Un buen ministro de agricultura es pieza indiscutible en estas cuestiones. Ahora que (las aguas están movidas) no conviene olvidarlo.

Articulistas