Añoro mis postales

    29 mar 2020 / 14:12 H.
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    Es en momentos como los actuales cuando de verdad adquirimos conciencia exacta de todo aquello que nos perdemos. Curiosamente, en circunstancias normales, nos pasan demasiadas cosas desapercibidas. No soy quien para decir a nadie cuales son sus propias postales, pero sí las estampas que estoy echando de menos. Perderán mis ojos la blancura de almendros, cerezos y perales en flor; el amarillo intenso de las gallumbas en su esplendor viene a mi mente como un mero recuerdo, quizá como un deseo. Mis tardes de campo buscando espárragos, collejas y ajoporros tendrán que esperar a la siguiente primavera. Sé que las primeras fiestas del calendario no son posibles, me he prometido vivir con mayor intensidad, si cabe, las venideras. En confinamiento por un bichejo solo perceptible al microscopio, hago un pacto conmigo mismo, en cuanto se pueda, saborearé ese entorno para nada normal, por mucho que abunde a mi alrededor; es muy especial. En tiempos complicados la vida adquiere otra dimensión, otros enfoques. Las pequeñas cosas se convierten en regalo. Ojalá pase ya la pesadilla.

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