La eterna Navidad

Si no existiera la Navidad habría que crearla” parafraseando al filósofo Voltaire que él aplica a la existencia de Dios que, por muy ateo que uno sea, existe una innegable dimensión espiritual en todo hombre. Algo así le pasa a la Navidad, es el momento del año en el que nos permitimos ser más cariñosos, generosos, buscamos a la familia y a los amigos y nadie quiere estar solo en estas fechas, el que no tiene familia la echa muchísimo de menos y el que la tiene la busca con necesidad de estar con ellos estos días, a pesar de las restricciones de las navidades más confinadas y reglamentadas de la historia humana universal. ¡Con qué inquina hemos recibido a este año capicúo! que empezaba como acababa. Algo debe tener la Navidad, es el momento que aceptamos con humildad la necesidad de querer y ser queridos. Expresamos nuestro afecto a todos los que queremos, echamos de menos a los que no están. Más allá de una tradición religiosa, que lo mes, es que tenemos dentro de nosotros la necesidad de una Navidad al año, dejando nuestros caretos diarios y formalistas para mostrar cariño a los demás.Y en eso no hay restricción social que pueda contenerlos.