“Annus horribilis”

    07 ene 2020 / 08:50 H.
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    Aveces los astros se alinean sin piedad, con cierta dosis de saña, y empiezan a ocurrirte hechos, en el mejor de los casos un tanto desagradables, que se suceden uno tras otro en una especie de efecto dominó, dando lugar a lo que llamamos un año malo. Lloramos nuestra mala suerte y nos olvidamos de esas cosas auténticas de la vida que, a fin de cuentas, son lo único que importa, como esa persona que te ama de verdad, esa familia que te ampara o el techo que te cobija. De cualquier manera, es cierto que hay años peores que otros, años en los que perdemos a seres queridos, sufrimos decepciones profesionales o personales y aprendemos, a la fuerza, que hemos hecho uso de la palabra amistad muy alegremente. Demasiado. “Ad nauseam”, diría yo. Dicen que unas veces se gana y otras se aprende. Vendrán años buenos y malos, podrás incumplir millones de propósitos, llorar y patalear o mirarte al espejo, sonreír y aprender a caminar solo. Y si aprendes a recuperarte, a seguir adelante sin aquellas personas que pensaste que siempre estarían en tu vida y a hacer las cosas por ti mismo, entonces, además de aprender, habrás ganado. Porque la única persona que volverá a ponerte siempre de pie no es otra que tú.

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