Andaluces de Jaén

    24 ene 2022 / 16:44 H.
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    Hablar de Jaén es hablar de campo y de olivos. También de abandono, de olvido y de marginación por parte de los dirigentes políticos. No es extraño que de tarde en tarde se oigan los llantos y las quejas de quienes se siguen sintiendo los más despreciados de esta sociedad. Entre paisajes de ensueño se mueven en esta época aquellos jornaleros, aquellos aceituneros que un día cantara en sus versos el oriolano Miguel Hernández. No estamos en las mismas circunstancias. La vida y las costumbres han cambiado mucho desde entonces. Los trabajos agrícolas se han mecanizado progresivamente y las industrias aceiteras han tenido también que adaptarse a los nuevos tiempos. Sin las ayudas y subvenciones sería imposible subsistir. ¡Qué pocos son hoy los jóvenes que se deciden a continuar con las tierras y labores heredadas de sus padres y abuelos! Educados para emigrar, ven con cierta envidia los sueldos y las comodidades de quienes alcanzan, a veces sin demasiado esfuerzo, profesiones más cómodas y rentables. El día 20 de enero de 2022, los campos jiennenses han vuelto a protestar, a alzar su voz para que no se mueran sus pueblos y aldeas. Para reclamar un futuro digno y próspero para sus hijos. Se lo merecen.

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