Amistad y tormentos

    19 oct 2019 / 11:08 H.

    Si pones un circo y te crecen los enanos, mal tabaco. Algo así me viene pasando desde el final del año pasado y no le veo color al asunto por ningún lado. Lo intento, pero doy dos pasos para atrás y uno para adelante, debe ser mi sino en estos tiempos tan revueltos. Así que estoy viviendo minuto a minuto y con sobresaltos continuos; cuando cojo unas horas para divertirme un poco, como cualquiera, parece que me ha tocado la lotería, pero tampoco me toca. Toda una vida intentando ayudar a la gente a resolver sus problemas y resulta que no sé resolver los míos, es una especie de maldición que me persigue. Pero es que realmente hay temas que me descolocan y no estoy preparado, o con la cabeza fría, para analizarlos bien y atisbar sus posibles soluciones, por mucho que lo intento. Una situación de bloqueo mental preocupante que me corroe y me paraliza, que me está haciendo hasta perder el sentido del humor, el que siempre me ha salvado. Porque yo no sé vivir sin la guasa, el roneo, el doble sentido, la empatía y la amistad verdadera y profunda. Este último palo es el que no me falla nunca ni me está fallando, y al que me agarro constantemente.