Amigos de lo nuestro

10 jun 2019 / 08:50 H.

Cuando una persona como yo vuelve la vista atrás, se sorprende por las muchas cosas que se fueron quedando en el camino. Son sorpresas reconfortantes porque los protagonistas son entrañables amigos que ya no están con nosotros y que no sólo dejaron huella en nuestro corazón, sino que también la dejaron en la historia de nuestra ciudad. Es verdad que yo he perdido bastante contacto con la vida de hoy. Desde mi retiro en el Puente Tablas tengo encuentros muy esporádicos con la ciudad y muchos menos con las gentes jóvenes de las nuevas generaciones, a las que respeto, y no pierdo ocasión, cuando es oportuno, de inculcarles las buenas costumbres que teníamos antaño. No sé si hoy existen asociaciones que se reúnen para hablar de Jaén, para evocar sus tradiciones y tratar de darles vida para que no se pierdan.

Hablo de asociaciones como “Amigos de San Antón”, “Amigos de Jaén”, “Amigos de los Viernes”, “El club de las Estrellas”, “La Buena Mesa”, la “Peña Cantera” y “Jaén Ayer”. Tuve algo que ver con algunos de estos colectivos de buenos jiennenses por la amistad que me unía a sus fundadores. Uno de los hombres que estuvo involucrado casi en todas estas asociaciones fue Juan Castellano de Dios. Fue cofundador de los “Amigos de San Antón”, de “La Buena Mesa”, de la que fui pregonero, y estuvo entrañablemente comprometido con “Jaén ayer”, porque las reuniones se celebraban en su propia casa, muy cerca de la Catedral. También fui fundador y presidente de la “Peña Cantera”, que, además de su labor en pro del deporte amateur, celebraba actos en los que se homenajeaba a grandes personajes relacionados con nuestra ciudad.

En esas comidas y cenas se homenajeaba a personajes como Andrés Segovia, Landelino Lavilla, Juanito Valderrama, obispos, gobernadores, alcaldes, deportistas y artistas que estaban ligados de alguna manera a Jaén. Numerosos jiennenses se involucraron en estas asociaciones. Uno de los más destacados fue Juan Castellano de Dios, sin olvidar a Juan de Dios Colmenero, Eduardo Pimentel y Juan Fuentes Illana. Ya desaparecieron casi todos esos colectivos, aunque es posible que existan otros nuevos de los que no tengo noticia, y mi deseo es que ojalá hubiera muchos. Jaén necesita de esa labor para que sus tradiciones no sólo no se pierdan, sino para que sean más conocidas.