Altocastillo y Guadalimar

    19 jun 2024 / 13:42 H.
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    No es hasta hace muy poco, concretamente hasta este pasado curso escolar, que he tenido verdadera conciencia de la opción educativa que suponen los centros educativos que titulan la presente columna. Solo puedo decir que ojalá hubiera tenido anterior conocimiento del valor que supone formar y educar a tus hijos e hijas allí. Siempre había creído en lo público, y aún me queda algo de credulidad, pero he de afirmar por obra del reto que suponía no dejar caer a mis vástagos en el olvido en un sistema que no atiende correctamente al de perfil “no necesitado de atención”, extra resultados académicos”, pues he observado —y sufrido— que se centra y pone medios cuando la situación, según los parámetros de las actuales líneas socio-políticas imperantes, es extrema, hasta tanto, a rezar que el niño te salga estudioso. Diría muchísimo más, pero por ahora ahí lo dejo. Y vuelvo con ello al cambio, cierto es si te lo puedes permitir. Ahí es donde he de manifestar que Altocastillo y Guadalimar son dos centros educativos con mayúsculas, como también lo son en la atención personal al educando y sus preocupados padres. Es de quitarse el sombrero y de justicia reconocer que la excelencia educativa personalizada existe en la provincia de Jaén.

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