Algo no cambia

Soy de la generación criada con la maicena, cuando los anuncios navideños eran en su mayoría: las muñecas de Famosa o los juegos reunidos. Ahora solo salen de perfumes hablando en otro idioma, de móviles, coches... La noche mágica de los Reyes Magos a veces me parece olvidada cuando ves a un niño de pocos años pedir un móvil de última generación, una tableta, una PSP... Que los tiempos cambian, sí, pero yo opino que a nuestros pequeños debemos dejarles simplemente ser niños, que a los de mi edad nos hacía felices una muñeca, un camioncito o una bicicleta. Pero sí, los tiempos cambian, lo que no lo hace es lo bello de la mirada chispeante de un niño cuando ve la Cabalgata de Reyes, se sientan en sus piernas para pedir su regalo, asegurando que se han portado muy bien durante el año. En mi barrio, los niños siguen jugando en sus calles, mis vecinos siguen soñando, implicándose en mejorar, y se está notando. Es un lujo ver a gente joven apostar por un negocio, como mi estimada Noelia, entre otros, este es el mejor regalo de Reyes. Bueno, qué voy a decir yo de este punto tan bonito de mi Jaén cada vez más visitado. Me quedo en mi barrio.