Alfileres

Hace unos pocos días, recogí de entre la estela histórica y monumental de Úbeda, un reguero de alfileres que me ha ido conduciendo hasta un camino de baldosas amarillas. Algunas veces, un libro de poemas no es sólo un libro. Algunas veces, un libro de poemas se convierte en una contundente declaración de intenciones en la que el poeta se esconde a ratos, para otros, salir a cara descubierta. También, un libro es un paseo por una senda abierta por otro, pero no un otro cualquiera, sino un otro con la capacidad de ver el mundo a través de un caleidoscopio de emociones, luz y sombras. Y eso es lo que Carmen Herrera Caballero nos entrega con su libro “Alfileres”. No puedo decir que haya descubierto a Carmen ahora, lo hice hace algún tiempo cuando el terciopelo azabache de sus versos impactó contra mi atención, pero lo que sí he descubierto son sus Alfileres, un conjunto de poemas que se adentran desde la piel al interior para prenderse al alma para siempre, de forma inevitable. La poesía de Herrera es un canto directo al amor y también al desamor que no deja indiferente a nadie. Búsquenla, léanla y no guarden cuidado de no clavarse uno de sus alfileres, porque es una labor imposible.