Al dulce son de la tierra

Que canten los montes su canción de aurora, de suaves contornos y azules perfiles, que canten los cerros, las altas montañas, y las cordilleras sus cantos añiles, susurren los montes sus voces aladas, el eco del sueño que el alba sostiene y dejen sus cantos en la madrugada los picos, las sierras sus sones sutiles.

Los ríos, las fuentes y los manantiales, arroyos serenos y los afluentes, y las cataratas y bellas cascadas derramen su acento, suspiren las fuentes. Que canten océanos columpiando olas, los mares reciten dulces melodías y los pentagramas contengan las notas entre las saladas aguas su poesía. Que canten los lagos versos de silencio en amaneceres de azules sonetos y canten melódicas en el quieto estanque las rimas silentes de dulces secretos.

Que canten estrellas de tonos brillantes, declamen luceros romances de aurora cuando aún la luna no quiere marcharse y el sol se levante al llegar su hora. Que canten los rayos del sol levemente colándose dentro de ramas y flores cuando los olivos y los pinos canten canciones de campo, sonidos de amores. Que canten los árboles, las flores, los campos vestidos de tules al llegar el día, cuando entre sus hojas el sol se levante y canten brillantes con la melodía. Que canten las aves sus trinos armónicos suaves tonos claros en la amanecida y sean sus voces de bellas canciones que hablen de esperanza, de sueños, de vida... Que canten los peces entre aguas que danzan con voces solemnes sostengan sus tonos y se oigan sus ecos cuando la mañana despacio levante acordes canciones. Que todos los seres que pueblan la Tierra sus tonos eleven al Cielo y sus cantes de dulces compases, y amables sonidos se escuchen por toda la Tierra vibrantes. Que cante despacio nuestra hermana noche y sea un susurro su voz silenciosa, como el canto dulce que la nana pone, un arrorró suave y hacia Dios entone su sonido mágico, su voz melodiosa. Que cante con fuerza el hermano viento sobre las montañas la alegre alabanza. Y el hermano lobo en su aullar entone el canto sucinto de armoniosa danza. Y la hermana luna recite poemas al Dios de los Cielos que emana ternura, y el hermano pájaro sosteniendo el vuelo cante a Dios sus notas plenas de dulzura.