Adiós, Francisco. Adiós

A pesar de caer en el monotema de la semana, debo hablar de Jorge Mario Bergoglio, Francisco como el 266º Papa de la Iglesia Católica, el primer papa jesuita y no europeo en más de 1.200 años. Y hablar de él es importante porque a lo largo de mi vida han pasado ya cinco Papas, de los dos primeros no me acuerdo, del resto destaco a Francisco por su humildad, nobleza y compromiso con los más desfavorecidos, su defensa del medio ambiente y una Iglesia más inclusiva y abierta. Pero principalmente por ser el primer Papa progresista en la historia, abierto en temas sociales, mostrando empatía hacia la comunidad Lgtbiq+ y abogando por una mayor misericordia pastoral, y dando un gran valor al papel de la mujer en la Iglesia y en la sociedad, defendiendo su derecho a la igualdad de trato y salario, promoviendo su presencia en puestos de responsabilidad. Su legado es el de un líder espiritual valiente, humano y profundamente comprometido con la justicia, la paz y la dignidad de todos. Ahora, queda el misterio de quién será su sucesor y cómo continuará —o transformará— la labor de un pontificado que marcó una era. Yo personalmente me temo lo peor, pero esperemos la fumata blanca a ver que decide, y mientras yo me quedo en mi barrio.