Adiós enero

    30 ene 2025 / 08:57 H.
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    Enero agoniza. Hace unos días comíamos las uvas, y dependiendo de la cadena de TV en que las viéramos, ya sabían los expertos la intención de voto en próximas elecciones. Después de las adelantadas cabalgatas de Reyes, pareció todo correr aún más y llegó San Antón con sus lumbres y carrera. Y cuando aún queda en el aire el aroma a rosetas, hogueras y polvorones, se acerca sigilosamente el Carnaval, como preludio de la Cuaresma anunciando la Semana Santa y con ella, la llegada de la primavera. Y todo ello, un cuarto de siglo después de vaticinar desastres y catástrofes incumplidas al comienzo del siglo XXI. Los años no pasan volando, somos nosotros los que pasamos volando sobre los años que siempre duran lo mismo. En un abrir y cerrar de ojos, cuando llegamos a cierta edad, pasamos de ser jóvenes a estar a las puertas de la tercera edad, por mucho que queramos cada vez alejarla más. Lo que está claro es que, a partir del momento en el que la vida comienza a adquirir una velocidad vertiginosa, hay que saborear cada instante como si fuese el último dejando de lado lo que nos distrae del camino de la
    felicidad, porque queramos
    o no, esta es efímera.


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