Adiós 2019

    30 dic 2019 / 08:45 H.
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    A punto estamos de cerrar un año del que no se pueden decir demasiadas cosas buenas... Cincuenta y cinco mujeres asesinadas en las lista oficial, setenta y cuatro si contamos las que entran en el convenio de Estambul... Demasiadas mujeres nos faltan, demasiados asesinos movidos por una sociedad heteropatriarcal que se llena la boca de decir que el terrorismo machista no existe. El año que cerramos nos deja manadas violadoras y una sociedad abochornada que asiste a la defensa de los violadores y juzga a las mujeres, a las menores, que se ríe y se siente ofendida cuando se entona “El violador eres tú”. No puedo creerme que sigamos así. El año que estamos a punto de dejar atrás se ha convertido en el año de la vergüenza para quienes creemos firmemente en la igualdad, porque hemos asistido a titulares escupidos por la derecha más retrógrada en los que se nos tacha de locas. Hemos asistido a manchar el nombre de las trece rosas, y a ver cómo uno de sus cabecillas ignora a las apelaciones de las maltratadas. Hemos visto cómo importa más una nacionalidad que la víctima de una violación. Porque si te viola un español la culpa es tuya, por estar en la calle, por vestir en chándal, por mirar al suelo, por el simple hecho de existir... Pero si te viola un tipo de otra nacionalidad... ¡Ay! Entonces la violación tampoco importa, importa que los migrantes vienen para deshonrar a vuestras mujeres... Qué pena siento y qué asco me da. Los violadores son violadores, sin más. El año que acaba nos deja declaraciones casos de acoso que no importan, porque se acosa a mujeres; asesinatos que no importan, porque se asesina a mujeres; violaciones que no importan, porque se viola a mujeres... ¿De verdad tenemos que esperar más tiempo para que os deis cuenta de que el problema es el heteropatriarcado en que nos movemos? Terminará mañana el año con miles de tipos que seguirán llamándonos locas por querer construir un mundo igualitario, donde no nos importe el género, donde las fronteras queden en los mapas de los libros, donde la libertad sea la única bandera que queramos portar. Acabará mañana el año y en muchas casas se hablará de feminismo con la misma ligereza que se habla del último fichaje de un migrante a un equipo de fútbol... Uy, perdón, que el que viene a jugar al fútbol es una persona normal, que tenemos que respetar porque viene a darle patadas a un balón... No quiero yo ofender a nadie. Y, por cierto, que cerramos el año sin gobierno. Porque seguimos haciendo el imbécil permitiendo que los mismos de siempre quieran, por cojones, que no por ovarios porque no hay mujeres ahí, estar representándonos bajo mentiras y corrupción. Y se acaba el año y cierro los ojos e imagino largarme de aquí, imagino construir una sociedad donde se rompan los techos de cristal, donde no me vendan un permiso de paternidad y me sigan preguntando en una entrevista de trabajo si quiero quedarme embarazada en los próximos cinco años. Y construyo un mundo en mi cabeza lleno de personas, sin más. Donde el género sea un rasgo más y jamás una lacra. Donde ser mujer, hombre sea solo un concepto de libro. Donde la vida nos permita sonreír sin miedo a la censura de la mentira. Y dentro de dos días, cuando estrenemos años, con los nuevos propósitos que hacemos, entramos en el bucle de la ilusión de cambiarnos y cambiar el mundo. ¿Y si todxs apuntáramos en nuestra lista de cosas que hacer en 2020 derrotar al heteropatriarcado? ¿Tan difícil es realmente mirarnos como personas lxs unxs a lxs otrxs? ¿De verdad es tan complicado para algunas cabezas entender que lo que tenemos entre las piernas las mujeres no nos hace menos importantes por el simple hecho de que no nos cuelga nada? Respeto, se trata de eso, de respetarnos como personas, como lo que somos, porque no somos posesión de nadie, ni objeto expuestos para uso y disfrute de terceros. Porque si la cosa estaba jodida no podemos permitir que la Edad Media que abandera la derecha resurgida nos haga temblar la voz o perder las ganas de seguir luchando por una sociedad justa e igualitaria. Porque le joda a quien le joda, 2020 será el año feminista.

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