Se aprende de chico

Ahora que está recién terminado el curso escolar para alumnos y maestros que se despiden emplazándose hasta después de vacaciones, es un buen momento para hablar del acoso que sufren niños y niñas en las aulas y colegios. Aunque por desgracia esto no es exclusividad del alumnado de primaria, si es en esas edades en el entorno y recreo de estos colegios donde uno empieza a recibir educación y enseñanza, y donde también dan comienzo los actos de acoso casi siempre entre compañeros del mismo centro. El color de la piel, la forma de vestir o hablar y el aspecto físico son muy a menudo motivos para la mofa y el insulto por parte de críos que aún no han cumplido trece años. A veces estos actos pasan desapercibidos porque en su inicio son comparados con simples cosas de niños y porque a la saturación de alumnos que hay sobre todo en la escuela pública se le añade que el profesorado recibe cada vez menos recursos. Del insulto a la intimidación y de ahí al odio y la agresión, esto último no es muy común en alumnos de primaria, pero no olvidemos que si a esa edad no se corrigen esos modos de mala convivencia, la cosa se hará mucho más grave en la Educación Secundaria Obligatoria.