Aceiteros ilustres

    10 ago 2020 / 16:33 H.
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    Ha muerto en Castillo de Locubín un aceitero muy querido por todos: Manuel Peñalver Castillo. Construyó con Manuel Peñalver Lara (el padre y el abuelo) y sus hermanos Pablo (mi padre) y Visitación (y su marido Antonio Cordón Jiménez) una almazara, cuyo objetivo fue dar a conocer la excelencia del aceite de oliva por España y el mundo. Convirtiéndolo en un lienzo con el mismo color del oro y del limón. Haciéndolo hexámetro para definir su universalidad. Mostrándolo, con toda su pureza, como el elixir de la vida, que previene y cura las enfermedades. Definiéndolo como el tesoro que los olivares de Jaén entregan a la Humanidad como símbolo de la diosa Atenea. Mimándolo como un poeta mima sus versos más dilectos. Enalteciéndolo como un juglar recita el íntimo sentimiento que transcurre entre el alba y el crepúsculo. Versificándolo en las rimas del amanecer como mirífica metáfora de Neruda. Haciéndolo leyenda en la historia de los siglos como un manuscrito: el cual es la memoria que erige el tiempo. Manuel, Pablo y Visitación Peñalver Castillo y el padre y el abuelo: Manuel Peñalver Lara: aceiteros sublimes, en la métrica de los recuerdos más hermosos.

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