Abuela, yo te cuido

En los últimos días se ha hablado mucho del Brexit, de las elecciones en Andalucía, de si Vox entra en el parlamento y cosas varias importantísimas para unos y otros. Y una noticia, dicha al final de un telediario, como de relleno, como si no fuese con nosotros, la dicen, pasan a los deportes y hasta la próxima. Hablo del maltrato de género. Del género del que no se habla en su justa medida. El maltrato a nuestros ancianos. Un abuso de poder perpetrado por engendros que no merecen un trato justo cuando tienen la desgracia de dar con alguien que no mira para otro lado. Aprovechan que son vulnerables, indefensos, no van a mejorar, no van a recuperar su movilidad, en la mayoría de los casos no podrán declarar ni acusar. Solo les queda callar, llorar y recordar, tal vez, que pronto van a morir y todo acabará. Algunos, incluso, esperarán en vano que un día su verdugo se compadezca y le bese tiernamente sus canas, sus heridas y le recuerde que un día fueron jóvenes y queridos. Y aunque hay muchos ancianos maltratados, la mayoría son mujeres. Y las que maltratan, también. Ojalá algún día veamos cómo estos animales son castigados con la misma piedad con que ellos han tratado a nuestros mayores. O sea, ninguna.