Abrazos y sonrisas

Alguna vez les he hablado de mi amigo el Nano, experto en comunicación no verbal, además de en otras muchas cosas. En estos tiempos que vivimos y sufrimos de ocultismo y distanciamiento social, lo debe tener muy difícil para estudiarnos debidamente. Difícil analizar los abrazos, los besos, los gestos y sobre todo la sonrisa, aunque entiendo que la más importante sonrisa es la de los ojos, que es de lo poquito que nos queda al descubierto. Sin duda, nos costó mucho tiempo aprender el valor de los abrazos y de los besos, sin otro interés que el afecto, el cariño y la amistad, y ahora una vez podamos volver a la normalidad, apreciemos más que nunca el valor que tienen. A mi madre con más de noventa años, confinada desde el mes de febrero, y que no sabe o no quiere saber nada de virus y pandemias y cuyo mayor y mejor capital que tiene es el de repartir besos y abrazos, es muy difícil escatimarle un beso, que los pide desde que se despierta hasta que se duerme, y no entiende esa nueva moda de taparse la sonrisa con un “trapo”, así que amigos cuando podamos abrazar, abracemos, cuando podamos besar, besemos, y mientras podamos sonreir, sonriamos, aunque la sonrisa solo se vea en nuestros ojos, porque según mi amigo, esa es la mejor de las sonrisas, y sobre todo cuídense mucho, para cuidar a nuestros mayores.