A propósito de la Navidad

En la estantería de mis recuerdos guardo un montón de momentos mágicos, y vuelvo a colocar otro; muchos de ellos tienen que ver con la Navidad. Entiendo que en esta época mezclas muchas emociones, siempre está presente ese niño al que nunca quisiste dejar atrás, y que añora un sentimiento de ilusión arropado por un calor familiar que independientemente de la situación personal por la hayamos pasado cada uno, con más o con menos, quisiera volver a encontrar, a pesar de la falta de la que eres consciente que nunca volverás a tener. Probablemente no haya ningún otro momento del año en el que esté tan presente el verbo echar de menos. Y aunque las ganas por volver a una supuesta normalidad se acrecientan conforme van pasando los días, por los excesos, por el desorden en las rutinas, en fondo no es real, sientes un pelín de tristeza cuando todo ha pasado; y a pesar de que el tiempo avanza lo suficientemente rápido casi como para ni darte cuenta, volviendo los días y las noches como si de suspiros se tratasen, cada vez eres más consciente de que no se trata de un año más, sino de uno menos. Por eso es importante colocar todos y cada uno de esos momentos en un lugar bien visible en el que puedas observarlos a diario para completar una bonita colección de recuerdos.